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¿Sufre el jet-lag después de un largo viaje? Te recomendamos los mejores productos para combatir el jet-lag.
Las pastillas jet lag son el remedio más fiable para superar los desequilibrios de sueño que sufre el cuerpo cuando hacemos viajes en avión largos entre lugares de distintos horarios.
El jet lag es un desfase de los biorritmos del cuerpo humano, y los síntomas son: somnolencia en los momentos en los que se debería estar despierto, y estar despierto cuando se debería dormir.
Esta anomalía es normal sufrirla después de viajes largos entre países con diferentes husos horarios.
Estos cambios de horarios los sufre el sueño, y pueden derivar en problemas nerviosos, de estrés, trastornos alimenticios, etc. Los especialistas lo llaman “alteración del reloj circadiano”, que es nuestro reloj interno que indica cuándo dormir y cuándo despertarnos, y que está sincronizado, normalmente, con la zona horaria donde vivimos.
Si el cambio es de más de 5 horas, el trastorno es más acusado. También aparece con más frecuencia en viajes en dirección Este, o sea cuando perdemos horas en lugar de ganarlas.
Para combatir esta afección existen las pastillas jet lag, que son suplementos de melatonina que sirven para combatirlo.
La melatonina es una hormona que sintetiza nuestro cuerpo a través de la glándula pineal como respuesta a la oscuridad, por eso la producción de melatonina es mínima durante el día y aumenta cuando anochece.
Hay un consenso científico en lo que se refiere a la utilidad de suplementos de melatonina para la prevención y para el tratamiento del jet lag.
Las dosis que parecen tener efectividad para la conciliación del sueño, son las pastillas jet lag de entre 0,5 mg y 5 mg de melatonina. Estas dosis ayudan a conciliar el sueño a personas con jet lag, aunque, como es natural, cuanto mayor es la dosis (siempre que no se supere los 5 mg) el sueño llega más rápido y de mejor calidad.
La mejor forma de tomar estas pastillas jet lag es 30 minutos antes de la hora en la que queremos dormir. También es importante empezar a tomarla unos días antes del viaje para ir acostumbrándonos al horario del destino.
No hay que mezclar estas pastillas con alcohol o con anticoagulantes, ya que pueden producir reacciones adversas importantes.
Ya sabes que no tienes por qué pasarlo mal en tus viajes, y que puedes disfrutar a tope de cada uno de los lugares que te apetezca visitar sin miedo a las descompensaciones del sueño.
Si necesitas más información sobre estas pastillas jet lag, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
El jet lag se conoce también como el síndrome trasoceánico y se trata de un desajuste que sentimos cuando viajamos muy lejos de forma rápida y el horario es muy distinto al que tenemos en nuestro día a día.
Este jet lag se siente cuando hay una diferencia de entre 2 y 3 franjas horarias o más.
En cuanto a la duración de este desajuste es importante decir que en cada cuerpo es diferente y que la gestión de sus síntomas es importante para acabar con este mal.
También dependerá de la diferencia horaria y de las condiciones solares que haya en el destino. Normalmente el cuerpo tarda en adaptarse entre 2 y 5 días.
Para combatir este desajuste lo mejor es que, una vez que estemos en el país de destino, llevemos a cabo estos consejos que te detallamos:
Evita dormir durante mucho tiempo cuando no sea el momento y procura llevar el horario de tu lugar de destino.
Haz alguna actividad intensa durante, al menos, un rato al día. Esto te ayudará a gastar energía y podrás dormir con más facilidad.
Procura pasar tiempo al sol. Esta exposición durante el día hace que el cuerpo se oriente y se acostumbre al nuevo horario, aportándole estabilidad.
Procura que las comidas sean ligeras para evitar malas digestiones.
Para la mayoría de las personas que viajan, el peor jet lag es el que sufren cuando viajan hacia el este. Cuando se viaja hacia el este se acorta el día y esto confunde más al cuerpo.
El jet lag son una serie de consecuencias que sufrimos desde que comenzaron a haber vuelos a larga distancia. Está producido por una falta de sincronización entre nuestros ritmos corporales y los del medio en el que nos encontramos y, en especial, el ciclo luz-oscuridad.
Después de un cambio rápido de zona horaria, las células de nuestro cerebro son incapaces de ajustarse de forma instantánea y a un ritmo adecuado a la nueva zona horaria.
Hay algunas medidas básicas que ayudan a combatir el efecto jet lag:
Hacer un viaje bien planificado: organiza tu viaje al máximo de forma que puedas dar a tu organismo tiempo para adaptarse al nuevo uso horario.
Viaja sin sueño: trata de descansar antes que tu viaje.
Prepara tu reloj interno: Ve adaptando tu organismo progresivamente al nuevo horario. Cuando viajes hacia el este intenta dormir una hora antes cada noche durante los días anteriores al viaje.
Tiempo al sol: la luz solar es clave en la configuración de nuestro reloj interno. El sol te puede ayudar a adaptarte al nuevo horario.
Trata de adoptar el horario del destino: cambia la hora de tu reloj porque esto te ayudará a evitar que duermas en el avión.
Normalmente, el cuerpo tarda en acostumbrarse al nuevo uso horario de entre dos y seis días, es necesario tener en cuenta que tardaremos un día por cada zona horaria que se atraviese, por tanto, si tu viaje cuenta con 4 horas de diferencia, es posible que tu cuerpo no se adapte hasta cuatro días después.
Algo que te puede ayudar a superar este jet lag es tomar melatonina, puesto que te va a ayudar a conciliar mejor el sueño.
También es buena idea aprovechar la luz del sol de tu lugar de destino.
Cuando dormimos poco los niveles de lectina disminuyen y, por otro lado, los niveles de grelina aumentan y esto hace que estés más hambriento y que te apetezcan alimentos que tengan muchas calorías.
La grelina y la leptina son las hormonas que regulan tanto que el hambre como la saciedad.
Algunos estudios han relacionado la falta de sueño con un aumento del consumo de alimentos ricos en grasa y/o azúcares.
Cuando dormimos poco, también hacemos menos ejercicio físico puesto que estamos más cansados durante el día. En el caso de hacer ejercicio se hará con menor intensidad por lo que se queman menos calorías.
Las personas que no duermen sufren un trastorno de sueño llamado insomnio. Esta falta de sueño puede causar tanto dificultad para conciliarlo como para mantenerlo y también puede hacer que te despiertes muy temprano y no puedas volver a dormirte.
El insomnio es un trastorno muy común que en ocasiones puede provenir de la existencia de un gen hereditario.
Aproximadamente un 10% de la población no necesita dormir más de cinco horas al día. A estas personas se les conoce como dormilones cortos y normalmente no se ve resentida su calidad de vida
Las ocho horas reglamentarias que actualmente conocemos como la mejor opción para tener una buena calidad de vida es algo relativamente moderno.
Esto se lleva estudiando desde hace tiempo y, según el historiador Roger Ekirch, desde tiempos inmemoriales, el patrón del sueño era bifásico. Nuestros antepasados dormían en dos bloques de cuatro horas, por lo que cumplían con la necesidad de dormir durante ocho horas, pero era de forma diferente.
Se sabe que muchos personajes famosos de siglos anteriores dormían durante cuatro horas por la noche y se echaban una siesta pequeña durante el día.
Algunos de ellos eran Leonardo da Vinci, Edison o Nikola Tesla, entre otros.
Normalmente soñamos todos los días y muchas personas se suelen acordar de lo que ocurre en sus sueños, aunque otras muchas no recuerdan haber soñado.
El padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, decía que no acordarse de lo soñado podía estar relacionado con la represión de sentimientos y emociones, puesto que los sueños están muy relacionados con la situación emocional.
Se puede decir que si estás pasando por un mal momento y no te acuerdas de lo que has soñado es porque tu cerebro activa un mecanismo de defensa.
Las personas que recuerdan los sueños que han tenido es porque se encuentran muy cerca de la fase REM.
La parálisis del sueño se suele clasificar en tres tipos diferentes y cada uno de ellos presenta una serie de sensaciones:
La parálisis de intruso: viene acompañada de alucinaciones tanto auditivas como visuales, como por ejemplo, oír que alguien abre la puerta, creer que alguien se acerca a la cama, ver sombras o notar presencias a tu lado.
Parálisis del íncubo: sientes que no puedes respirar ni moverte porque algo te presiona el pecho.
Parálisis del sueño vestibular: sientes que estas flotando, que das vueltas y flotas por encima de tu cuerpo como si tu mente se separara.
Estas alucinaciones de las diferentes parálisis duran muy poco, son breves pero intensas y se quedan grabadas en la memoria con una sensación desagradable que perdura durante un tiempo.